Obras controvertidas de San Agustín


Las obras de disculpa contra los paganos y los judíos. Entre estos, los 22 libros, De Civitate Dei, todavía son dignos de ser leídos. Constituyen la más profunda y rica obra apologética de la antigüedad; iniciada en el año 413, después de la ocupación de Roma por el rey gótico Alarico, terminada en el año 426, y a menudo publicada por separado. En ellas se condensa toda su teoría del mundo y del hombre, y constituyen el primer intento de una filosofía global de la historia universal bajo la visión dualista de dos corrientes o fuerzas organizadas antagónicas, un reino de este mundo condenado a la destrucción final y un reino de Dios que durará para siempre.

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Encíclica Immortale Dei

Esta obra ha controlado la historiografía católica desde entonces, y recibió la aprobación oficial del Papa León XIII, quien, en su famosa Encíclica Immortale Dei (1 de noviembre de 1885), incidentalmente hace alusión a ella con estas palabras: "Agustín, en su obra De Civitate Dei, expuso tan claramente la eficacia de la sabiduría cristiana y el modo en que está ligada al bienestar de la sociedad civil, que parece no sólo haber defendido la causa de los cristianos de su tiempo, sino que ha refutado triunfalmente las calumnias contra el cristianismo de todos los tiempos".
Desde el punto de vista protestante, Agustín se equivocó al identificar el reino de Dios con la Iglesia Católica visible, que es sólo una parte de ella.

Obras religioso-teológicas

IV. Obras religioso-teológicas de carácter general (en parte anti-Manichæan): De utilitate credendi, contra la exaltación gnóstica del conocimiento (392); De fide et symbolo, discurso que, aunque sólo presbiter, pronunció sobre el Credo de los Apóstoles ante el concilio de Hipona a petición de los obispos en 393; De doctrina Christiana iv libri (397; el cuarto libro añadido en 426), un compendio de teología exegética para la instrucción en la interpretación de las Escrituras según la analogía de la fe; De catechizandis rudibus también con fines catequéticos (400); Enchiridon, o De fide, spe et caritate, un breve compendio de la doctrina de la fe y de la moral, que escribió en 421, o más tarde, a petición de Laurentius; de ahí que se llame también Manuale ad Laurentium. 2
V. Trabajos polémico-fológicos. Estas son las fuentes más copiosas de la historia de la doctrina cristiana en la era patrística. Las herejías en su conjunto se reseñan en el libro De hæresibus ad Quodvultdeum, escrito entre 428 y 430 a un amigo y diácono de Cartago, y dan una visión de ochenta y ocho herejías, desde los Simonianos hasta los Pelagianos.3 En la obra De vera religione (390), Agustín propuso mostrar que la verdadera religión no se encuentra con los herejes y cismáticos, sino sólo en la iglesia católica de la época.

Obras controvertidas 

Las otras obras controvertidas se dirigen contra las herejías particulares del maniqueísmo, el donaísmo, el arrianismo, el pelagianismo y el semipelagianismo. Agustín, con toda la firmeza de sus convicciones, se libró de la antipatía personal, y usó la pluma de la controversia en el genuino espíritu cristiano, fortiter in re, suaviter in modo. Entendió el ἀληϑεύειν ἐν ὰγάπῃ de Pablo, y forma en este sentido un agradable contraste con Jerónimo, que por naturaleza no tenía un temperamento más ardiente que el suyo, pero era menos capaz de controlarlo. "Que ardan en odio contra vosotros, que no sabéis cuánto cuesta encontrar la verdad, cuán difícil es protegerse del error; pero yo, que después de tan grande y larga vacilación llegué a conocer la verdad, debo soportarme ante vosotros con la misma paciencia que mis compañeros creyentes me mostraron cuando vagaba en una ciega locura de opiniones".

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